El compromiso laboral cobra cada vez más importancia en el mundo laboral. Mantener una plantilla comprometida y en sintonía con la empresa sin duda favorece la productividad y la retención y atracción de talento.
Sin embargo, a lo largo de estos años hemos visto un cambio de paradigma en el panorama empresarial con la llegada de la digitalización y las nuevas generaciones al mercado laboral. Estas irrupciones han condicionado las tendencias en compromiso laboral, que cada vez están menos relacionadas con el salario percibido.
Ventajas y beneficios extrasalariales
La primera tendencia que comentaremos está relacionada con el cambio del perfil de empleado: si antes los trabajadores se movían en función de la cantidad de salario, ahora se ha incrementado el porcentaje de empleados que se guían por factores extradinerarios como pueden ser la conciliación o el bienestar.
Es una realidad: el salario ya no lo es todo. Los empleados actuales, sobre todo las generaciones más jóvenes, no buscan simplemente conseguir un empleo, sino acceder a toda una experiencia. Por eso, las formas convencionales de compensación se están empezando a quedar obsoletas en cuanto al compromiso laboral y, por consiguiente, a la atracción y retención de talento.
En lugar de ello, son tendencia las nuevas formas de compensación con beneficios y ventajas extrasalariales, ya que mejoran la experiencia cotidiana de los empleados y se convierten en factores motivadores que los comprometen con la empresa. Veamos algunos ejemplos:
Trabajo flexible: En una época en la que la tecnología ha podido integrar perfectamente la vida laboral en la personal, conceptos como el horario fijo o el trabajo presencial están perdiendo vigencia, y prácticas como el teletrabajo, el horario flexible, las jornadas intensivas o la jornada parcial están cada vez mejor valoradas por los trabajadores.
Ventajas laborales: Las bajas de maternidad y paternidad más largas de lo regulado por ley o un mayor número de días de vacaciones, e incluso la posibilidad de comprar días de vacaciones, son factores que mejoran la conciliación del empleado y hacen que este se sienta más valorado por la empresa.
Beneficios sociales: Cheques guardería, vales de comida o bonos de transporte se consideraban beneficios exóticos hasta hace poco tiempo. La realidad es que mejoran el bienestar del empleado y fomentan su relación y compromiso con la empresa.
Gestión Agile
Sin embargo, el compromiso laboral no depende exclusivamente de las ventajas y de los beneficios. Junto a estos factores, los empleados actuales consideran que tienen un papel clave en su experiencia laboral aquellas políticas y metodologías eficientes que llevan todo su esfuerzo a buen puerto.
La digitalización y el auge del trabajo por proyectos ha favorecido la aparición de nuevas formas de trabajar más dinámicas y productivas. En esta línea tenemos la gestión Agile, una metodología de moda que se basa en el uso de las herramientas tecnológicas modernas y en la segmentación del trabajo en pequeñas etapas con objetivos que hay que cumplir semanalmente.
Estableciendo prioridades y fijando los tiempos, la empresa posibilita un trabajo con mayor autonomía, velocidad y flexibilidad. Además, este sistema sitúa al cliente en el núcleo de la gestión, por lo que en el trabajo Agile es también fundamental la revisión constante del trabajo realizado.
La metodología Agile también puede actuar como elemento clave en el compromiso laboral debido a dos factores principales:
Es un sistema integrador de elementos, como el feedback, el trabajo en equipo y colaborativo, la alineación y la claridad de objetivos o la autonomía laboral, que favorecen el compromiso.
Reduce la frustración laboral al establecer metas accesibles y al minimizar los posibles errores gracias a la permanente revisión del trabajo realizado.
Trabajo significativo
El trabajo significativo ha sido tradicionalmente un punto clave en el compromiso laboral. Es de sobra sabido que aquel empleado que sienta que la tarea que realiza es relevante y positiva para su empresa se sentirá más comprometido con su trabajo.
No obstante, el contexto mundial actual y la llegada de las nuevas generaciones al mercado laboral han cambiado ligeramente la concepción de lo que es el trabajo significativo.
Por consiguiente, el perfil del empleado moderno anhela un trabajo que, además del salario y la experiencia, le permita sentirse conectado con un sentido del propósito en cuestiones como:
Ecología y trabajo sostenible. Se trata de valores cada vez más arraigados, especialmente entre los empleados más jóvenes, que han crecido con el problema del cambio climático. Este perfil de trabajador se comprometerá con aquella empresa que ayude a que el mundo sea un lugar mejor.
Implicación social. Es un hecho probado: el activismo de los trabajadores está en aumento. Hay una demanda creciente por parte de los empleados para trabajar en organizaciones con programas sólidos de responsabilidad social empresarial (RSE) y oportunidades de voluntariado1.
Cultura corporativa
Finalmente, el otro factor de tremendo impacto en el compromiso laboral es la cultura corporativa. Se trata de una tendencia que aumenta en relación con la llegada de los empleados más jóvenes, que irrumpen en el mercado laboral con más expectativas que nunca.
La cultura corporativa es el conjunto de valores, costumbres y políticas que definen la metodología, el ambiente de trabajo y la empresa en sí misma. Se puede, por ejemplo, establecer una cultura que incida en el bienestar, en la motivación, en el compromiso o en todas ellas a la vez.
En relación con el compromiso, hay que entender que el empleado actual valora, sobre todo:
La transparencia. En tiempos de digitalización, en los que la imagen desempeña un papel fundamental, los trabajadores desean prestar servicio en una empresa que sea honrada con ellos y coherente con la imagen que pretende mostrar.
El empoderamiento. El compromiso laboral también pasa por el grado de implicación. Al empleado le atrae el concepto de empresa que dé voz a sus empleados y que los haga partícipes del rumbo de la compañía y de la comunicación externa.
En estos tiempos en los que cada vez hay más igualdad empresarial, la cultura puede actuar como el mayor activo diferenciador o como la principal ventaja competitiva.
