¿Cuál es la diferencia entre despido procedente e improcedente?

¿Cuál es la diferencia entre despido procedente e improcedente?

6 Mayo 2024

El despido de un empleado suele ser un tema bastante delicado e incluso incómodo. Sabemos que puede tener implicaciones legales, financieras y emocionales tanto para el empleado como para el empleador.

Por eso, hoy queremos hablarte de dos términos bastante comunes en este contexto: el despido procedente y el improcedente.

Ante todo, debemos comprender la diferencia entre ambos procedimientos, ya que pueden verse afectados los derechos y compensaciones de cada una de las partes.

Si te interesa saber en qué consisten estos despidos, cómo difieren entre sí en términos de derechos laborales y compensaciones económicas, cómo evaluar sus procedencias y sus consecuencias, sigue leyendo.

¿Preparado para aprender la diferencia entre el despido procedente e improcedente y abordar este tema con confianza y seguridad? ¡Allá vamos!

¿Qué es un despido procedente e improcedente?

En primer lugar, debemos conocer la definición de cada tipo de despido y, a partir de ellas, identificar sus diferencias.  Así que toma nota porque te lo explicamos a continuación.

¿Qué es un despido procedente?

El despido se considera procedente cuando un empleador tiene motivos justificados y suficientes para rescindir el contrato laboral de un empleado. 

Algunos de estos motivos podrían ser, por ejemplo, un bajo desempeño en el trabajo, o bien, faltas disciplinarias más graves, como no seguir el horario establecido o el maltrato a compañeros o clientes.

¿Qué es un despido improcedente?

Se considera despido improcedente cuando el empleador no puede justificar adecuada o de suficientemente la terminación del contrato.

Este despido puede deberse a errores formales en el proceso de despido, por ejemplo, o a la falta de motivos capaces de justificar el despido.

Principales diferencias entre despido procedente e improcedente.

Ahora que ya conocemos las definiciones de cada tipo de despido,  podemos pasar a examinar sus diferencias más notables.

  • Justificación del despido: Cuando se trata de un despido procedente, el empleador puede demostrar que el despido está justificado, basado en motivos válidos y legales, como bajo rendimiento laboral o faltas disciplinarias graves. Mientras que en el caso del despido improcedente, no.
  • Compensaciones y derechos del empleado: Si ocurre un  despido procedente, el empleado puede recibir una menor compensación o incluso ninguna. Sin embargo, en caso de despido improcedente, el empleado suele recibir una mayor compensación e incluso la reinstauración de su puesto de trabajo.
  • Proceso legal y formalidades: En la mayoría de los casos, el despido procedente sigue los procedimientos legales y formales, incluidos el cumplimiento de los plazos de preaviso y la comunicación adecuada al empleado. Sin embargo, el despido improcedente puede deberse al incumplimiento de estos mismos procesos formales, como falta de aviso previo o errores en la notificación del despido al empleado.
  • Repercusiones para el empleador: En el primer tipo de despido, si se demuestra que el despido se realizó de manera adecuada y justificada, el empleador puede evitar ciertas sanciones y responsabilidades adicionales. Sin embargo, en el segundo caso, el empleador puede enfrentar problemas legales y financieros, como el pago de indemnizaciones más altas o incluso la posible reinserción del empleado.

¿Cómo saber si un despido es procedente o improcedente?

Muchas veces identificar si un despido es procedente o improcedente resulta un verdadero reto. Por ello, aquí te dejamos algunas pautas y que pueden ayudarte a evaluar la procedencia de la terminación del contrato.

  • Revisión de documentación: Es indispensable examinar cuidadosamente toda la documentación relacionada con el despido, incluidas las cartas de despido, las comunicaciones internas o las evaluaciones de desempeño. Si todo está respaldado por pruebas, el empleador muy probablemente no tendrá complicaciones para terminar el contrato.
  • Cumplimiento de procedimientos legales: También debes verificar si se han seguido los procedimientos legales para el despido. Esto incluye cumplir con los plazos de preaviso, proporcionar notificaciones adecuadas al empleado y respetar los derechos laborales establecidos por la legislación.
  • Evaluación de motivos del despido: Analizar los motivos del despido es fundamental. Debes asegurarte de que sean objetivos verificables y legalmente aceptables, de acuerdo con la normativa laboral en vigor.
  • Asesoramiento legal: La evaluación de la procedencia del despido puede requerir asesoramiento legal especializado. Un abogado laboral puede informar sobre los derechos del empleado, las obligaciones del empleador y las posibles acciones legales a tomar en caso de despido improcedente.
  • Consideración de la jurisprudencia: Analizar casos de jurisprudencia laboral comparables puede proporcionar información útil sobre cómo los tribunales han interpretado situaciones de despido en el pasado y qué criterios han utilizado para determinar la procedencia del despido.

Consecuencias de un despido procedente frente a un despido improcedente.

Ambos tipos de despido tienen consecuencias, por supuesto. 

Un despido procedente suele traer consigo una menor  compensación o incluso ninguna para el empleado, a la vez que evita ciertas sanciones al empleador (a pesar de que aún enfrente costes por la terminación del contrato). Sin embargo, un despido improcedente puede significar una mayor compensación para el empleado y la posibilidad de recuperar su puesto de trabajo.

Asimismo, un despido improcedente puede dañar la reputación del empleador y afectar las relaciones laborales dentro de la empresa; mientras que un despido procedente, aunque genere controversia, será percibido y entendido como justificado. 

Cabe señalar, por último, que un despido improcedente puede resultar en acciones legales más prolongadas y costosas, así que debe tratarse con sumo cuidado y, en algunos casos, con mucha paciencia.

Paro por despido procedente e improcedente.

Ahora bien, el tipo de despido puede influir en los derechos del empleado  a la hora de acceder al paro y este es uno de los aspectos importantes a tener en cuenta.

En general, los empleados que han sido despedidos tienen derecho a presentar una solicitud de paro; sin embargo, la naturaleza del despido juega su papel en el proceso, ya que puede afectar la admisión y la duración de este beneficio.

Conclusión.

Creemos que ahora sí ha quedado clara la diferencia entre un despido procedente e improcedente y las diversas implicaciones que tiene cada uno, tanto para la empresa como para el empleado. 

Hemos visto, además, cómo  estas distinciones pueden tener un impacto significativo en las vidas de quienes están involucrados, tanto a nivel financiero como legal. 

Por eso, si te queda alguna duda, no lo dudes y busca asesoramiento profesional con un abogado laboral. Así, podrás gestionar este proceso con tranquilidad.

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