Tabla de contenido (10 minutos de lectura)
- ¿Qué es la motivación?
- Ciclo de la motivación
- La teoría de la motivación
- Acciones motivadoras
- Dirección de fortalezas
- Futuras estrategias de motivación
- Hacia la motivación digital
- La motivación importa
INTRODUCCIÓN
Retener el talento es uno de los mayores desafíos de las empresas actualmente. Esta es la realidad: vivimos en un mundo ultracompetitivo donde se han equilibrado las fuerzas empresariales. Ahora, las empresas con menos recursos son capaces de atraer y mantener el talento sin hacer grandes desembolsos en sueldos gracias a sus políticas atractivas.
Y es que para el empleado del siglo XXI el salario no lo es todo.Para ilustrar esto, veamos los cinco principales motivos de renuncias según una investigación hecha por LinkedIn¹:
- Poco espacio para crecer
- Liderazgo deficiente
- Pésima cultura del trabajo
- Falta de retos
- Salario bajo

Los empleados se fijan más en cuestiones relacionadas con acciones o actitudes de la empresa que con el dinero. Valoran ante todo su autorrealización personal y, en menor medida, las cuestiones relacionadas con la cultura del trabajo y el buen liderazgo. Los primeros cuatro motivos de renuncia están, en otras cosas, relacionados con la motivación.
Entonces, podemos decir que la motivación en la empresa lo es todo. Gracias a ella podemos hacer que un empleado se sienta satisfecho con su trabajo y, además, nos ayuda a entender por qué los empleados hacen lo que hacen o por qué se comportan y desempeñan de la manera en la que lo hacen.
¿Qué es la motivación?
La motivación es un concepto amplísimamente estudiado, puesto que actúa como motor en la mayoría de los ámbitos de nuestra vida. Uno de los principales referentes en el estudio de la motivación es Herzberg, quien nos ofrece la siguiente definición sobre la motivación en el ámbito laboral:
“La motivación en el ámbito laboral consiste en trabajar o realizar alguna acción relacionada con el trabajo, no por el dinero sino más bien porque simplemente así lo desea”.
La motivación son aquellos estímulos que el empleado recibe y que lo guían a desempeñarse de la mejor manera posible en el trabajo por el mero hecho de que así lo desea.
Ahora bien, los estímulos pueden provenir de cualquier parte, no solo del trabajo; también, de la familia o los amigos. Además, la calidad de la motivación determina la calidad del compromiso con la organización.
Los individuos y grupos con alta motivación trabajan de manera más eficiente, con una mayor capacidad inventiva y con una mayor responsabilidad en comparación con los empleados carentes de motivación.
La motivación puede clasificarse en intrínseca -o interna- y extrínseca -o externa-. Los dos tipos se distinguen en el origen que impulsa a cada una de ellas.

La motivación extrínseca se produce cuando estamos motivados para ganar una recompensa o evitar un castigo. Un claro ejemplo es el sistema de comisiones de ventas, donde el salario resultante está estrechamente ligado al rendimiento personal.

La motivación intrínseca, en cambio, implica participar en algo por el hecho de que es personalmente gratificante para el individuo. Consiste en realizar el trabajo pensando más en su correcta realización que en la recompensa que esto pueda traer.
La teoría de los incentivos dice que nos motivamos principalmente por motivos extrínsecos: la presencia de una recompensa, o una penalización.
No obstante, la motivación también depende de cada uno, no todos conseguimos motivarnos intrínsecamente.
Sin embargo, si logramos motivar intrínsecamente a los empleados, conseguiremos algo valiosísimo: que se sientan comprometidos con la empresa.
A pesar de que es clara la importancia de la motivación, todavía muchas compañías fallan en conseguir una plantilla motivada. Tal y como nos muestra el informe de Gallup¹:

Solo el 13 % de los trabajadores se sienten comprometidos con su trabajo

Solo dos de cada diez trabajadores están completamente de acuerdo con la forma de dirigirlos para realizar un trabajo sobresaliente.

Solo el 30 % de los empleados están completamente de acuerdo en que su gerente los involucre en el establecimiento de metas.

Los empleados cuyos gerentes los involucran en el establecimiento de metas son 3,6 veces más propensos a participar que otros empleados.

El 26 % de los empleados está totalmente de acuerdo en que el feedback que reciben les ayuda a hacer mejor su trabajo
El ciclo de la motivación
Para la mayoría de los expertos, la motivación no es un suceso ni el resultado de una acción aislada, sino más bien un proceso. Entendiéndolo así, podemos descomponer este fenómeno en una serie de etapas que completan el ciclo de la motivación.
El ciclo motivacional es un conjunto de teorías que tienen como objetivo analizar los diferentes estadios de la motivación. Este ciclo es universal, es decir, es aplicable a todas las personas y consta de las siguientes etapas:
Teorías de la motivación
La motivación es un concepto clave y polivalente, ya que nos influye en cualquier actividad que queramos realizar. Nos referimos, pues, a una cuestión de interés general y, gracias a esto, muchos son los que han centrado sus investigaciones en esta cuestión, planteando diferentes modelos.
LA TEORÍA DE MASLOW
Maslow entiende la motivación como un triángulo jerárquico, muy parecido a la clásica pirámide alimentaria:
El cumplimiento de los estadios inferiores, que representan necesidades básicas, permite al individuo llegar a las etapas superiores, que representan necesidades más complejas. A medida que vamos satisfaciendo necesidades y subiendo de niveles, el factor de bienestar aumenta y concluye en la autorrealización personal.
LA TEORÍA DE LA HERZBERG
Por otra parte, Herzberg propone su propio modelo denominado teoría de los dos factores. Esta teoría establece que en todo proceso motivacional intervienen dos tipos de factores:

Factores motivadores: Son factores que generan satisfacción positiva, que surge de las condiciones intrínsecas del trabajo en sí. Trabajo desafiante, reconocimiento, participación en la toma de decisiones, oportunidad de hacer algo significativo.

Factores higiénicos: Seguridad laboral, salario, beneficios sociales, condiciones de trabajo, vacaciones. Son factores que no producen satisfacción positiva en sí, sino que la falta de motivación depende de su ausencia.

LA TEORÍA DE LA EXPECTATIVA
La idea es que la expectativa implica que un mayor esfuerzo nos llevará a un mayor rendimiento. Generando expectativas, el empleado sabrá que si trabaja duro, el resultado será mayor, por lo que trabajará más motivado. El modelo de Vroom dice que los empleados de una compañía estarán motivados cuando crean que:
Poner más esfuerzo causará un mejor rendimiento laboral.
Un mejor rendimiento laboral los llevará a una serie de recompensas como un aumento de salario o beneficios sociales.
Estas recompensas serán valoradas por el empleado, provocándole mayor autorrealización.
Además, existe un equilibrio entre el esfuerzo que realizamos para hacer un trabajo y el resultado que obtenemos de este. Entonces, si como directivos queremos potenciar el desarrollo de los empleados para que su rendimiento sea óptimo, lo que deberíamos es potenciar su esfuerzo a través de la motivación.
Acciones motivadoras
Hemos demostrado que la motivación es un aspecto clave en el rendimiento personal y en el compromiso con la empresa. Además, hemos visto datos que así lo demuestran y hemos analizado la motivación desde diferentes puntos de vista. Pero ¿qué acciones concretas puedo llevar a cabo para motivar realmente a mis empleados?

1. Comunícate mejor. Si no eres más que una cara en un boletín o un nombre en un email, ¿qué motivación tendrán los empleados para cumplir sus objetivos? Aunque sea un aspecto común, la comunicación con el empleado es algo que se suele pasar por alto. Debes comunicarte con frecuencia y ser inteligente, porque así sabrás cuándo escribir un email y cuándo hablar cara a cara. El personal lo valorará y se sentirá valorado.

2. Sé un ejemplo. Si muestras entusiasmo por alcanzar los objetivos de la empresa, los empleados trabajarán para lograr esos objetivos. Los estados de ánimo positivos son contagiosos, y más en el entorno laboral.

3. Busca el feedback de tu equipo. Dales a tus empleados más voz en la forma en que hacen su trabajo. Pídeles su opinión y sugerencias sobre cómo pueden mejorar su rendimiento; recuerda que con acciones como estas añades motivación al trabajo.

4. Ofréceles oportunidades. Tus empleados están más motivados cuando saben que están trabajando para lograr algo. Motiva a tus empleados ofreciéndoles capacitación que les brinde las habilidades que necesitan para ascender en su carrera.
Preparar a los empleados jóvenes para avanzar hacia mejores oportunidades también es valioso para ti, ya que le permite a la empresa ganar una reputación de excelente lugar para trabajar.

5. Proporciona incentivos. Los incentivos impulsan la motivación y no tienen por qué ser costosos. Puedes ofrecer algunos beneficios a modo de incentivos para mostrar agradecimiento, como un día extra de descanso, tarjetas regalo o entradas de cine.
La dirección por fortalezas
Más allá de estas acciones para aumentar la motivación, merece la pena comentar una tendencia al alza que está relacionada con el coaching:
La dirección por fortalezas
Consiste en crear una cultura en la empresa donde se potencien las fortalezas de cada empleado. La idea es que cuando las personas tienen la oportunidad de hacer lo que mejor saben, existe una gran mejora tanto en el rendimiento individual como en el colectivo.
Aquellos empleados que emplean sus fortalezas se sienten seis veces más comprometidos con su trabajo. Además, los equipos cuyos componentes usan sus fortalezas son un 12,5 % más productivos.
Aquí es primordial la figura del directivo, ya que, al realizar una gestión óptima de las fortalezas, podrá potenciar la conciliación laboral y el rendimiento en general. Para ello, es vital la comunicación con cada empleado. Conocer a tus empleados y buscar sus virtudes hará que te vean como todo un líder y no como un mero jefe. Detrás de cada empleado se esconde un gran potencial que puede ser trascendente para la empresa.
Las futuras estrategias de la motivación
Existen muchas acciones que pueden motivar a tus empleados: desde una arenga por las mañanas hasta la promesa de un ascenso.
Sin embargo, los trabajadores de hoy en día se sienten realmente motivados cuando encuentran un proyecto laboral ambicioso y de impacto. Por eso, es importante que las empresas hagan partícipes a sus plantillas de la estrategia empresarial y les muestren el impacto que su trabajo tiene en ella.
Las nuevas tendencias motivadoras tienen en cuenta el desarrollo de estrategias que fomenten el compromiso de los trabajadores y la mejora del rendimiento. Se recomienda, por tanto, que las empresas re-definan sus sistemas, habilitando plataformas atractivas para los actuales y futuros trabajadores.
Dentro de las estrategias de satisfacción, atracción y retención de cualquier empresa, el cheque restaurante es uno de los beneficios que mejor acogida tienen entre los trabajadores. ¿Por qué?, ¿cuáles son las cifras más significativas?
Algunas de las estrategias motivacionales más punteras son:

Implacement (promoción interna). Surge como respuesta a la alta rotación y su objetivo no es otro que retener el talento. Básicamente consiste en un programa que ayuda al empleado a moverse internamente dentro de la empresa.

Gamificación. Se basa en mecánicas de juegos aplicadas al ámbito laboral. Da respuesta a las inquietudes de los millennials, quienes buscan retos constantemente. Empresas como IKEA ya la aplican a través de aplicaciones como Attent o Salesforce.

Work flow (movilidad). Un rasgo común de los empleados de hoy es la ambición por aprender y moverse para enriquecer la vida laboral. Desigual ya está desarrollando programas que permitan a sus empleados moverse internacionalmente.

Snack learning. La formación del futuro. Debido a la inmediatez actual, surge la tendencia de ofrecer breves tutoriales que fomentan la capacidad autodidacta de los empleados. Los Google Tech Talks o el programa Level Up de Adobe, son dos ejemplos de este tipo de formación.

Hacia la motivación digital
La motivación es un proceso que depende de numerosas variables y se ve reflejado en la teoría de los factores de Herzberg: factores motivadores y factores higiénicos.
Mientras que los primeros se pueden trabajar a través de la comunicación con los empleados y de las demás medidas vistas en el apartado anterior, podemos potenciar los factores higiénicos a través de mejoras de salarios, beneficios sociales y otras medidas que conviertan a tu empresa en un entorno de trabajo verdaderamente atractivo.
En esta línea, un reciente estudio realizado por Aruba ha revelado que los empleados que trabajan en ámbitos laborales digitales no solo son más productivos, sino que están más motivados y tienen una mayor satisfacción laboral.

Piensa que su lugar de trabajo mejoraría enormemente con un aumento en el uso de la tecnología.

Reportó sentir que su compañía se quedaría por detrás de la competencia si no se implementa nueva tecnología.

Más de probabilidades de experimentar satisfacción laboral en aquellos empleados que trabajaban en entornos con un uso generalizado de tecnología avanzada tienen que aquellos que se identificaron como “rezagados digitales”.
La tecnología inteligente, en definitiva, no solo nos ayuda a atraer a mejores talentos, sino también a hacer que sean más productivos e incluso a crear un entorno de trabajo más seguro.
La motivación importa
Cada vez son más los empleados que valoran los factores extrasalariales a la hora de decantarse por una empresa o de permanecer en esta.
Hoy en día, ofrecer un ambiente y unas condiciones laborales atractivas que favorezcan la conciliación laboral si queremos retener y atraer el talento es básico. Para ello, la motivación de la plantilla es vital, porque, además de favorecer el compromiso, potencia tanto el rendimiento individual como el colectivo.
Existe una creciente tendencia de diversas maniobras, acciones y estrategias empresariales dedicadas a potenciar la motivación entre los empleados. Nos referimos a practicar un liderazgo activo, porque cuidando a los empleados, conociéndolos y animándolos a que den lo mejor de sí, ya sea con incentivos o con responsabilidades, podemos cambiar el rumbo de la empresa.