Los beneficios para empleados son una de las tendencias más habituales del panorama laboral. La inclusión de bienes o servicios conciliadores, como tarjetas restaurante o cheques guardería, a modo de incentivo extrasalarial es una práctica cada vez más popular en las empresas contemporáneas.
Como empleado, probablemente habrás oído hablar de este mecanismo que utilizan muchas organizaciones para atraer y retener al personal de talento. Lo cierto es que estos servicios están diseñados para satisfacer tus necesidades como empleado y para fomentar tu bienestar en la empresa.
De esta manera, una tarjeta restaurante te ayudará a mantener una dieta saludable y variada sin que tengas que, por ejemplo, preocuparte de preparar táperes. Por su parte, el cheque guardería te permitirá llevar a un centro infantil a tu hijo de hasta tres años, lo que mejorará tu conciliación laboral y personal.
Los beneficios a los empleados son una práctica que puede ofrecerse siguiendo tres vías:
Beneficio social. En este caso, es la empresa la que asume la inversión completa del servicio/bien contratado. Este beneficio se ofrece junto con el salario a modo de incentivo para que, como empleado, te sientas más motivado y a gusto en la empresa para la que trabajas, al tiempo que tu conciliación queda garantizada.
Retribución flexible. En esta opción, la empresa te ofrece la posibilidad de que tú, como trabajador puedas decidir cuál de estos servicios contratar destinando una parte de tu salario bruto (hasta un máximo del 30 %) al pago de esos beneficios. Esta modalidad te permite ahorrar y maximizar tu salario neto gracias a las exenciones fiscales de los servicios.
Modelo mixto. Es una combinación de los dos modelos anteriormente planteados. A través de un plan mixto los beneficios los pagan parcialmente la empresa y el trabajador.
¿Por qué me conviene la retribución flexible?
Aunque cualquiera de los tres planes te conviene por igual, ya que los tres casos implican que gozarás de las ventajas conciliadoras y probienestar de los beneficios, la retribución flexible es el modelo que mejor se puede ajustar a cada trabajador.
Los motivos son varios:
Es un modelo participativo
La retribución flexible te permite a ti como empleado decidir qué servicio contratar entre una amplia oferta de beneficios posibles:
¿No te gusta cocinar pero sí comer bien? En este caso te interesará contratar una tarjeta restaurante, válida en una amplia red de establecimientos.
¿Tienes niños/as pequeños? Entonces te conviene optar por un cheque guardería para que elijas un centro de confianza y evites cualquier preocupación derivada del cuidado de tus hijos de hasta tres años.
¿Te estresa tener que coger el coche cada mañana? Pues la tarjeta transporte es el beneficio ideal para ti, ya que es válida en cualquier medio de transporte público.
La retribución flexible es un modelo que fomenta el diálogo entre tú y la empresa que te contrata. Se trata, pues, de un modelo que te empodera como empleado, ya que te permite llevar el control y configurar tu propia nómina eligiendo qué servicio contratar y qué parte de tu salario bruto destinar a ello.
La retribución flexible, en definitiva, se ajusta a tus necesidades particulares como trabajador.
Maximiza tu salario neto y genera ahorro
Aunque sea un modelo participativo en el que eliges qué servicio o bien conciliador disfrutarás, probablemente se te ocurra la siguiente pregunta: ¿qué ventaja tiene para mí contratar estos beneficios a través de la retribución flexible?
Habrá quien piense que servicios como la alimentación en el trabajo, la guardería, el seguro de salud o los trayectos en transporte público son tan básicos que no es necesario asumir su coste a través de la retribución flexible. En su lugar, podrías hacer como hasta ahora y pagar por estos servicios de la forma habitual.
No obstante, la realidad es bien diferente. El verdadero secreto de un plan de retribución flexible son las ventajas fiscales que conllevan esos servicios:
Cotizan a la Seguridad Social.
Están exentos de IRPF.
Estas ventajas fiscales implican que al contratar cualquier servicio a través de la retribución flexible, te ahorrarán la cantidad que destinas al pago de IRPF, ya que su importe (dentro de los límites fiscales) se descuenta directamente de tu salario bruto al permitirte destinar hasta un 30 % de tu sueldo bruto a ellos y hacer, por ende, que la base sobre la que se calcula el IRPF sea menor.
Veámoslo con un caso específico:
María ha encontrado la estabilidad y en su trabajo actual cobra 60.000 € brutos al año. Tiene tres hijos, uno de ellos menor de tres años. Debido a sus responsabilidades en casa y en la empresa, tiene muy poco tiempo para cocinar y le resulta casi imposible prepararse la comida para el día siguiente.
En este caso, se entiende que María tiene la necesidad de comer fuera al menos 20 veces al mes. Al mismo tiempo, María ha encontrado una guardería de su gusto para su hijo pequeño. Cuesta 400 € al mes. Entonces, María tiene la opción de pagar la comida y la guardería de la forma habitual o hacerlo a través de la retribución flexible.
Pues bien, si María optara por contratar estos servicios de forma ordinaria, su retención de IRPF sería del 24,10 % y su salario neto, si descontamos el dinero que destinaría de forma ordinaria a comer (11 € al día 20 días al mes) y a la guardería de su hijo (400 € mensuales), sería de 2.917 € al mes.
Pero si, por el contrario, María opta por contratar los beneficios con un plan de retribución flexible, las ventajas fiscales de este modelo harán que la retención final de IRPF sea del 22,28 %, con lo que se maximiza el salario neto, que en este caso sería de 3.147 € al mes.
En resumen, María optimiza su salario neto al generar un ahorro anual de 2.750 € solo por contratar estos servicios mediante la retribución flexible. Descubre cuánto podrías ahorrar tú con nuestra calculadora de retribución flexible.
