A partir de la crisis sanitaria, las políticas de conciliación de las empresas han cambiado adaptándose a una nueva realidad en la que se han reestablecido las necesidades y prioridades de empleados y compañías
La conciliación es un factor que siempre ha estado muy presente en la agenda de los departamentos de recursos humanos y es uno de los aspectos críticos en la relación que se establece entre empresa y trabajador. Garantizarla tiene numerosos beneficios para las compañías, puesto que al mejorar la calidad de vida de los profesionales se incentiva su compromiso con la empresa y, en consecuencia, aumenta su productividad.
Con la irrupción de la pandemia, se ha puesto de manifiesto la relevancia que tiene el lograr un equilibrio entre la vida personal y laboral, aunque los datos muestran cierta disparidad entre la percepción que tienen al respecto las empresas y los empleados: mientras el 51% de las organizaciones reconocía no tener previsto reforzar la conciliación tras la crisis sanitaria, como recogía nuestro estudio Retos de las empresas españolas en la era COVID-19, los trabajadores consideran la conciliación (66%) como el segundo factor a tener en cuenta, tras el salario (70%), a la hora de elegir la empresa en la que trabajar, en base al informe Randstad Employer Brand Research 2021).
Muchas compañías ya son conscientes de esta realidad y, a raíz de la pandemia, han empezado a aplicar medidas de conciliación, que antes no contemplaban, para facilitar el día a día a sus plantillas adaptándose a una nueva realidad en la que las necesidades y prioridades de sus empleados han cambiado, pero también las suyas propias. Además, implantar este tipo de políticas supone apostar por la igualdad de género que, según la Organización Internacional del Trabajo, contar con una cultura inclusiva puede llegar a aumentar la productividad más de un 62% la productividad. Algunos de los factores que han motivado estos cambios a favor de la conciliación en las empresas son:
Optimización del tiempo
La implantación generalizada del teletrabajo al inicio de la pandemia demostró que muchos procesos laborales podían desarrollarse de una forma tan eficaz y eficiente como los que se realizaban desde la oficina. El modelo de trabajo a distancia lleva a los empleados a desempeñar sus funciones de un modo más independiente, lo que le permite mayor autonomía a la hora de organizar sus obligaciones laborales y personales ya que, una de las ventajas más valoradas de este sistema es el ahorro de tiempo que permite, especialmente en desplazamientos, lo que facilita encontrar el equilibrio entre el espacio personal y el profesional.
Sin embargo, algunas tareas profesionales requieren presencialidad, por lo que muchas de las empresas que entonces apostaron por el teletrabajo, una vez pasada la primera fase de la pandemia, han optado por aplicar un sistema híbrido. Combinar la presencialidad con el trabajo en remoto también facilita la conciliación.
Tiempo libre de calidad
El nivel de hiperconectividad que se produjo durante el confinamiento más duro puso de manifiesto la vinculación permanente que puede llegar a darse entre el ámbito laboral y el personal, así como sus efectos negativos en la conciliación. Acabar con la sensación de estar todo el día conectado es fundamental para asegurar la desconexión digital durante el tiempo libre, una medida imprescindible para aprovechar y disfrutar del tiempo de descanso y, por lo tanto, garantizar la conciliación.
En este sentido, las compañías ya están implementando políticas para limitar el vínculo digital. Establecer horarios topes para responder e-mails o llamadas, desactivar notificaciones fuera del horario laboral o configurar la respuesta automática del correo electrónico durante las vacaciones son algunas de ellas.
La importancia del bienestar integral
Desde el inicio de la pandemia, un 64% de los profesionales asegura haber sufrido ansiedad o fatiga laboral, según una encuesta elaborada por HAYS. Una realidad que ha llevado a que las compañías comprendan, cada vez más, que la salud física es tan importante como la mental, lo que ha incrementado su sensibilidad hacia el cuidado integral de sus trabajadores.
La crisis sanitaria ha ayudado a que más empresas comprendan que un mayor bienestar tiene efectos positivos en la vida laboral y en la personal, también a reconocer que, desde las compañías, se puede impulsar una mayor calidad de vida ofreciendo programas que abarquen una perspectiva integral del bienestar. Poner a disposición de los empleados servicios que contemplen aspectos como el físico, nutricional, emocional, social, espiritual, intelectual, financiero o ambiental va a favorecer el día a día de los empleados, además de tener una repercusión positiva en su productividad y motivación dentro de la empresa.
Formas de retribución alternativa
Fomentar hábitos saludables es más sencillo mediante una política de beneficios que ofrezca este tipo de servicios, como son los programas de wellness que incentivan el cuidado personal a nivel físico y/o mental. Y, es que, cada vez más empresas se plantean y ofrecen políticas salariales que van más allá de la retribución económica ya que los beneficios sociales y la retribución flexible son medidas que aportan soluciones prácticas para disfrutar de la conciliación. Por ejemplo, el cheque restaurante supone un ahorro de tiempo para los trabajadores, dado que evita la organización y elaboración de comidas durante la semana; o el cheque guardería, que permite elegir el centro de educación infantil al que se quiere llevar a los hijos menores de 3 años.
Apostar por un equilibrio entre su vida personal y profesional adaptando las políticas de conciliación de las empresas
No hay duda de que reconocer la importancia que tiene la conciliación para los profesionales es apostar por un equilibrio entre su vida personal y profesional que va a mejorar su calidad de vida y, como consecuencia, va a tener efectos positivos en su rendimiento laboral. Ayudar a alcanzar la conciliación refuerza el compromiso, incrementa la motivación y, por lo tanto, aumenta la productividad. Identificar las necesidades de la plantilla en este aspecto y adaptarse a ellas va a incrementar el nivel de conciliación y es un movimiento estratégico.
