¿Has oído hablar de los beneficios y quieres que tu empresa los aplique en su plantilla? Descubre lo que hay que saber y hacer para que tu empresa ponga en marcha una política de beneficios.
Los beneficios son una de las estrategias más populares en los últimos años en RR. HH. Cada vez son más los trabajadores que reciben de su trabajo, más allá de su salario, un bien o servicio destinado a mejorar su calidad de vida o su bienestar.
Pero todavía existen muchas empresas o departamentos de RR. HH. que ignoran o no contemplan la inclusión de los beneficios para empleados. Quizás tengan otras prioridades o simplemente no tengan el conocimiento necesario para considerar su puesta en marcha.
Si deseas disfrutar de esos beneficios en tu vida profesional, puedes tomar cartas en el asunto y comunicárselo a tu empresa. Para ello es recomendable seguir los siguientes pasos:
1. Identifica el beneficio ideal para ti
La política de beneficios es una estrategia que abarca un amplio abanico de bienes o servicios destinados a mejorar tu conciliación o tu bienestar. Entonces, identificar aquel beneficio que mejor se adapta a tus necesidades particulares es el primer gran paso para hacer que tu empresa ofrezca beneficios.
En la siguiente lista están los beneficios mejor valorados:
Tarjeta restaurante
Es uno de los beneficios con mayor tradición. Esta tarjeta sirve para efectuar el pago de menús diarios durante la pausa del trabajo (hasta 11 euros por menú). Hablamos de una herramienta práctica al ser recargable y válida en una amplia red de establecimientos gastronómicos (¡también incluye el servicio a domicilio!).
Por eso, si no te gusta cocinar y estás cansado de opciones poco saludables como la fast food o si simplemente no tienes tiempo para preparar táperes para el día siguiente, la tarjeta restaurante es el beneficio perfecto para ti.
Cheque guardería
Otro beneficio de gran popularidad son los cheques guardería, ideados para que los trabajadores que hayan sido padres puedan pagar el servicio de guardería mediante este cheque válido para aquellos niños menores de tres años.
Si estás en esa situación y ya se te ha acabado el permiso de paternidad o maternidad, el cheque guardería puede ser el beneficio más interesante al aportarte esa tranquilidad que te da saber que tu hijo/a pequeño/a está bien cuidado en una guardería de confianza.
Transporte
Metro, autobús, tren de cercanías… Esta tarjeta recargable te permite llegar de la oficina a casa o de casa a la oficina con el medio de transporte público que elijas.
Si te da pereza o te produce estrés tener que coger el coche cada día y prefieres una alternativa más tranquila y, de paso, más ecológica con el medioambiente, el bono transporte es el beneficio perfecto para ti.
Como verás, no es lo mismo pedir la tarjeta restaurante o el cheque guardería. Por eso has de saber, primero, qué beneficio puede causar un mayor impacto en tu bienestar y calidad de vida para después consultarlo con tu empresa.
2. Un asunto de dinero: ¿beneficio social o retribución flexible?
Una vez que hayas decidido qué beneficio deseas, el siguiente paso es transmitírselo al responsable de RR. HH. de tu organización. En este paso es importante transmitir por qué necesitas disfrutar del beneficio en cuestión y qué impacto puede tener en tu bienestar, conciliación o calidad de vida.
Ahora bien, aunque hayas decidido qué beneficio necesitas, la primera pregunta que puede llegarte desde RR. HH. es ¿quién va a financiar este beneficio? No se trata de una pregunta menor, pues los beneficios no dejan de ser en esencia bienes o servicios que necesitan ser financiados.
Por eso, es recomendable que entiendas que los beneficios a los empleados se pueden ofrecer a través de las siguientes tres vías:
Beneficios sociales. En este caso, es la empresa la que asume el 100 % de la inversión del beneficio. La empresa selecciona qué beneficios ofrecer a sus trabajadores y los incluye como beneficios extrasalariales para hacer más atractivo el puesto de trabajo.
Retribución flexible. También existe la posibilidad de que tú, como empleado, financies el coste de cada beneficio destinando una parte de tu salario bruto para ello (hasta un 30 %). Esta práctica se llama retribución flexible y es una medida empoderadora para ti, ya que eres tú quien decide qué beneficio contratar y qué parte de tu salario bruto destinar a ello.
Pero el verdadero truco de la retribución flexible es el ahorro de impuestos que consigues, ya que cualquiera de los bienes o servicios contratados por esta vía cuentan con ventajas fiscales que te ayudarán a ahorrarte impuestos y a optimizar tu salario neto.
Modelo mixto. A caballo entre los beneficios sociales y la retribución flexible, en el modelo mixto el coste de los beneficios es asumido en parte por ti y en parte por la empresa que te contrata.
Una vez transmitido el beneficio que deseas a tu departamento de RR. HH. o al responsable de la empresa, probablemente tengas que pactar con ellos el modelo de financiación de los beneficios. Ahora te toca a ti hablar con ellos y llegar a un consenso para ver qué vía seguir.
