La constante velocidad a la que cambia el mundo está teniendo, lógicamente, sus efectos en el mundo empresarial. Los radicales avances tecnológicos y la obsolescencia de las tácticas y herramientas que se han usado durante las últimas décadas obligan a las empresas a renovarse constantemente e invertir en la captación de nuevos talentos que sean capaces de poner la empresa en un lugar de vanguardia dentro del ámbito de negocio.
El employer branding es un concepto surgido a mediados de los 70 que consiste, básicamente, en la imagen que una empresa transmite a sus empleados. Es decir, el employer branding busca tener contentos a los trabajadores para que la imagen y la fama de la empresa en el ámbito laboral sean excelentes. Así, del mismo modo que una empresa busca que sus productos tengan buena reputación en el sector, con el employer branding se pretende crear una imagen de empresa atractiva para la gente que busca empleo.
Según la empresa de análisis Randstad, el 80% de los líderes de recursos humanos coincide en que con un buen employer branding aumentan significativamente las posibilidades de una empresa de realizar labores de contratación adecuadas y satisfactorias tanto para la propia empresa como para los empleados.
El employer branding debe girar en torno a dos ejes: los motivos de los empleados para quedarse en una empresa y la opción contraria: los motivos para marcharse. Según Randstad, el 50% de los trabajadores decide quedarse en una empresa por la satisfacción que les produce percibir un salario atractivo y los beneficios sociales que la empresa ofrece. Asimismo, el 48% elige una buena conciliación laboral familiar; el 47% la seguridad laboral; el 41% por un ambiente de trabajo agradable y el 41% por lo interesante de su puesto de trabajo.
En la otra cara de la moneda, el 51% de los trabajadores deciden cambiar de puesto de trabajo por una retribución muy baja para sus labores, y este es el principal motivo para marcharse de una empresa. Por otro lado, el 39 % decide dejar su trabajo por falta de oportunidades de crecimiento laboral; el 36 %, por problemas para conciliar su vida familiar con su vida laboral; el 32%, por falta de reconocimiento a la labor que realizan en su empresa y el 27%, porque no encuentra interés en su trabajo.
Establecer los objetivos de nuestra estrategia de employer branding.
Lo primero que hay que hacer para implantar una estrategia de employer branding exitosa es definir las metas que queremos conseguir con ella. Cuando aplicamos en nuestro negocio el employer branding, podemos buscar, entre otras cosas, empleados más talentosos, más candidatos para tener dónde elegir o incrementar la fama de la empresa entre los trabajadores. Definir cuál de estos es nuestro objetivo será un buen primer paso para desarrollar la imagen de nuestra empresa.
Definir el perfil de empleado que estamos buscando
Posteriormente, debemos elegir bien el perfil de empleado que queremos elegir para nuestro negocio. Podemos querer empleados más jóvenes o con más experiencia; con familia o sin ella; con estudios o sin ellos. Una vez que tengamos claro qué tipo de empleado queremos, será más fácil implementar nuestra estrategia.
Conocer las motivaciones de los empleados
El siguiente paso sería conocer cuáles son las motivaciones de nuestros actuales empleados para continuar trabajando en nuestra empresa. Para definir esto, hay que atender a valores como el salario, la conciliación, la motivación en el trabajo, etc. Si conocemos bien cuál es el estado de nuestros empleados y sus motivaciones para continuar en nuestra empresa, seremos más conscientes de qué debemos ofrecer a los candidatos para que elijan nuestro negocio.
Potenciar la imagen de empresa y comunicarla al exterior
Aunque parezca evidente, una empresa también debe cuidar su imagen y su comunicación. Si un negocio está comenzando a implementar una estrategia de employer branding, debe asegurarse de que esta llega a los oídos de los candidatos. Para ello, es importante transmitir de forma adecuada los valores de nuestra empresa en las redes sociales, pues ellas nos ayudarán a exportar nuestra imagen fuera de nuestro negocio y a atraer nuevos candidatos.
Hacer seguimiento del proceso y medir los resultados
Finalmente, para llevar a cabo una buena estrategia de employer branding, debemos medir nuestros resultados. Así sabremos qué objetivos estamos cumpliendo y cuáles no; conoceremos cómo se encuentran nuestros empleados dentro de la empresa y, en definitiva, tendremos claro si nuestro employer branding está funcionando o no.
