Las compañías cada vez tienen más en cuenta el cuidado de sus empleados desde una perspectiva amplia, abarcando el aspecto físico y el emocional, pero también otros como el financiero o el medioambiental
Prestar atención al bienestar de los profesionales demuestra el interés que tienen las empresas por garantizar la salud de sus plantillas, así como su compromiso por contrarrestar los efectos que el trabajo puede acarrear a su estado físico y emocional. En este sentido, un estudio de HAYS calcula que el 64% de los trabajadores ha sufrido ansiedad o fatiga laboral, reconocer la importancia que tiene el cuidado del bienestar lleva a muchas empresas a proponer programas de wellness a sus empleados.
Hasta ahora, este tipo de programas se centraba, únicamente, en una oferta de medidas dirigidas al cuidado del bienestar físico, principalmente diseñadas para la realización de actividad física o para la adquisición de hábitos saludables en relación con la alimentación. Sin embargo, las empresas están empezando a dar respuesta a las necesidades emocionales de sus trabajadores y, en sus programas de wellness, ya ofrecen soluciones psicológicas. Pero también existen más aproximaciones respecto al bienestar, como pueden ser la financiera o la medioambiental.
Tener en cuenta las facetas físicas y emocionales supone aportar una visión holística del bienestar, lo que se traduce en comprender y reconocer la relevancia que ambos enfoques tienen en la salud de las personas. Y las empresas ya están en ello, así lo refleja nuestro informe Retos de las empresas españolas en la era COVID-19, que recoge que para el 60% de las organizaciones el bienestar físico y emocional es, junto a la conciliación, el reto más importante sobre el que empezar a trabajar.
Bienestar integral y felicidad
El bienestar físico y mental está directamente relacionado con la felicidad y, especialmente a partir de la irrupción de la pandemia, la preocupación de las empresas por este aspecto se ha incrementado. Así, es fundamental que los departamentos de Recursos Humanos sean conscientes de la relevancia que tiene el estado de ánimo en una persona y lo que influye a la hora de desarrollar su trabajo.
La aplicación de técnicas y prácticas que propicien el bienestar de los profesionales va a influir de manera positiva en su desempeño laboral, ya que un mayor bienestar se corresponde con una mayor felicidad, refuerza la relación del empleado con su trabajo, potenciando sus apartados positivos, y, en última instancia, también repercute en su rendimiento. Ofrecer programas que contemplen una perspectiva amplia del bienestar es identificar y comprender otros enfoques y puntos de interés que pueda tener el empleado, lo que va a ayudar a incrementar la productividad y la motivación.
Productividad y motivación
El estado de ánimo de las personas está estrechamente relacionado con su nivel de rendimiento y su motivación. Según una investigación de la universidad de Warwick, un empleado feliz es un 12% más productivo que uno que no lo es. Abordar el bienestar de las plantillas de una forma holística permite tener en cuenta más enfoques y, así, dar respuesta de una manera más directa a las necesidades de cada persona.
Atender a intereses que responden al bienestar nutricional, el social, el espiritual, el intelectual, el financiero y/o el ambiental puede convertirse para las organizaciones en toda una palanca estratégica y diferenciadora respecto a la competencia que puede llevarse a cabo a partir de las políticas de beneficios o de los planes retributivos.
Promover el bienestar emocional y salud mental
A raíz de la pandemia, la preocupación por la salud mental se ha incrementado, también en el seno de las empresas. Según nuestro propio informe, anteriormente citado, el 28% de las compañías se plantea incluir servicios como la meditación o la asistencia psicológica en sus políticas retributivas. Crear y fomentar una cultura del cuidado va a sensibilizar sobre la importancia de la prevención, tanto en el plano físico como mental, y para ello es aconsejable divulgar hábitos saludables y ayudar a adquirirlos.
Facilitar la atención psicológica, ya sea ofreciendo este servicio de manera interna o dando flexibilidad para asistir a consultas externas, promover un tiempo libre de calidad y garantizar la desconexión laboral y digital, además de facilitar la conciliación, son algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo desde las compañías para promover el bienestar emocional y la salud mental.
Contribuir desde la empresa a mejorar el bienestar de los empleados es una muestra de interés por mejorar su calidad de vida más allá del entorno laboral. Incluir programas wellness para el bienestar de los trabajadores en los planes de retribución va a valorarse de manera muy positiva por los profesionales y, además, va a tener un impacto directo en beneficio de la productividad y la motivación.
